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* Quieren unirse solemnemente con un «pacto entre los dos grandes partidos» para preservar, dicen, lo que ya no existe: La democracia en España.
* No se trataría de un movimiento patriótico para salvarnos, sino de un intento de salvarse ellos y mantener su poder, en estos momentos duros para su casta.
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NACIONAL.- RED/E. Sierra Quevedo/Guad. 13-02.2013
PSOE y PP han sido incapaces de unir sus esfuerzos en los momentos duros, cuando España los necesitaba, pero ahora, cuando ven en peligro su poder, están hablando de unirse y formar un «un pacto entre los dos grandes partidos que pueden gobernar España», según acaba de decir Cospedal (desgobernar y llevar a la ruina según la evidencia y el sentimiento ciudadano). La verdad es que si esto ocurriera, no se trataría de un movimiento patriótico para salvar a España, sino de un intento de mantener su poder en estos momentos duros, casi amenazantes, para su casta, que ya percibe el miedo, incluso a salir libremente a la calle, ante el temor de ser, como mínimo, increpada.
La secretaria general del PP y presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, ha asegurado este martes en los salones del madrileño hotel Palace que en los «momentos difíciles» hace falta la «política con mayúsculas» y ha pedido «no echar por tierra» la democracia representativa que hay en España, ya que, según ha dicho, eso puede derivar en «sistemas populistas» que pueden ser «muy peligrosos» a largo plazo. A su entender, cuando desaparece la política solo hay dos posibilidades: el «populismo» o «los generales».
Equivocado camino utiliza. La democracia representativa ya no existe, ya la han echado por tierra Uds, los mismos que ahora quieren unirse solemnemente para preservar lo que no existe. ¡Surrealista!
Tampoco vale asustar con la llegada del «populismo» o «los generales». El pueblo español está muy maduro y con sus últimas «lecciones de choque» recibidas, ha aprendido a no creer más sus consejos y promesas y todo porque Uds se lo han buscado mintiéndonos constantemente. Así que, pacten lo que quieran que, como mucho, lograrán «vencer» momentáneamente, pero, como no convencen a nadie, su gloria será efímera pues no habrá ser humano sobre la piel de toro que vuelva a votarles.
Esta misma mañana el jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, también ha intervenido en estas jornadas y ha machacado sobre el asunto lanzando un mensaje similar, ya que ha defendido el sistema actual que, con sus ventajas e inconvenientes, permite no contar con «partidos estrafalarios» como ocurre en otros países.
Ya empiezan a ponerse nerviosos, ya tienen miedo a esos partidos limpios y otros emergentes, por lo que los descalifica y llama estrafalarios. Ya reculan ante las reivindicaciones populares. Ya se han dado cuenta del peligro que corren.
Asustados porque la economía sucumbe y la quiebra del Estado amenaza, los dos grandes partidos políticos españoles quieren preparar una «gran jugada» a los ciudadanos españoles para perpetuarse en el poder y mantener sus privilegios y ventajas. Ya han empezado a hablar entre ellos y habrán dado, o darán, órdenes a sus voceros para que planteen la necesidad de un «Pacto de Estado», una fórmula de emergencia para conservar el poder, con la excusa de salvar a España.
Con esa fórmula, los dos grandes partidos tratarían de evitar que la ira popular les condene a la desaparición, que los políticos culpables del desastre, fuesen penalizados por el pueblo indignado y que a España nunca llegase un Monti o un gobierno tecnócrata, libre de las trabas y compromisos de los partidos políticos, para enderezar el rumbo dramático de España. Cospedal ya barrunta algo de esto cuando dice: «Como demos al traste y nos carguemos lo que nos ha costado tanto construir, vamos a tener un problema», ha enfatizado, para poner a Italia como ejemplo de lo que puede ocurrir, donde hay un «gobernante que no ha votado el pueblo».
Rayando la obsesión, ha reiterado que los políticos pueden hacer «muchas cosas», en especial los que están gobernando. «Seríamos capaces de hacer muchas más si fuéramos capaces de tener grandes pactos de Estado acerca de lo que tiene que ser nuestro país y yo creo que eso es lo que en este momentos nos hace falta», ha indicado. A esto se le llama «pedir árnica».
Así, ha reivindicado los pactos de Estado con el primer partido de la oposición. A su entender, la situación actual no pasa por llevar a cabo una revisión constitucional sino por «un pacto entre los dos grandes partidos que pueden gobernar España«.
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